Artistas abstractas en latinoamérica y 4 mexicanas destacadas
La abstracción es una forma artística muy valorada. No solo la segunda obra de arte más cara en el mercado del arte es una pintura abstracta: los artistas aficionados a menudo se decantan por ella cuando se inician en la plástica, puesto que la mayoría de quienes se inician en una práctica artística no buscan tanto la proeza técnica como la expresividad abierta.
El arte abstracto
El arte abstracto no es una etapa tardía del desarrollo artístico mundial y las tendencias del mercado del arte: en las primeras aproximaciones artísticas de la humanidad, como las pinturas rupestres, ya encontramos esta voluntad por destilar y apropiarse de las formas que esculpen lo que vemos, oímos, escuchamos y tocamos, sin referirlas a un objeto natural. Pero fue hasta el siglo XIX cuando corrientes como el impresionismo y el postimpresionismo empezaron a transgredir conscientemente el canon al destronar al dibujo como el fundamento pictórico, desplazar sus pretensiones estéticas de la admiración técnica a la evocación sensible y reenfocar sus trazos para abrir nuevas vías de expresión, con las que ya no pretendían lograr contornos definidos y líneas sobrias, sino dotar a los elementos pictóricos de autonomía discursiva.
Artistas abstractas en latinoamérica
La primera etapa del arte moderno abstracto en Latinoamérica sucedió más tarde que en Europa y Estados Unidos: su establecimiento definitivo en el continente fue entre principios de los años treinta y finales de los setenta, principalmente en Argentina, Brasil, México, Uruguay y Venezuela. En este periodo, las obras de arte abstracto latinoamericano se caracterizaron por una voluntad de experimentación, su tendencia a desafiar ideas tradicionalistas sobre las obras de arte y, sobre todo, por el diálogo que sostuvo, en varios registros de afinidades y antipatías, pero con una clara voluntad utópica, con los regímenes dictatoriales de la época y las renovaciones sociales, infraestructurales, políticas y morales que trajeron consigo.
Las artistas abstractas más destacadas en Latinoamérica, adscritas a la abstracción geométrica y lideres de los movimientos de Arte Concreta y Neoconcretismo (años 1950-60) fueron: Gego (Alemania1912–Venezuela,1994) Mira Schendel (Brasil1919–1988 ) Anna Maria Maiolino (Italia/Brasil, 1942) Lygia Clark (Brasil,1920–1988), Lygia Pape (Brasil, 1927-2004) y dentro del movimiento de la Ruptura Lilia Carrillo (México, 1930-1974), quienes se han convertido en figuras emblemáticas de la posguerra en sus respectivos países e internacionalmente.
También Cuba tuvo una importante presencia en la abstracción con la artista Carmen Herrera (Cuba, 2015-2022). Aunque vendió su primera obra cuando tenía 89 años, hasta su fallecimiento en 2022, fue considerada la artista latinoamericana viva con el récord de venta más alto en una obra de arte. Su obra ¨Blanco y verde¨ realizada en 1967, fue vendida por $2,900,000 en 2019. Obras similares en 2006 se vendían sobre los $50,000 dolares. Su obra ha aumentado casi 60 veces su valor.
4 Artistas abstractas en México
En México, las obras de arte abstracto se enraizaron hasta bien entrado el siglo XX, pero esto no demeritó la calidad de las obras no figurativas que se produjeron en este país. El movimiento abstracto mexicano se estableció definitivamente después de que la Revolución dejara de constreñir las artes oficiales a la representación del pueblo, los paisajes y la historia oficiales, en su intento por fundar una identidad nacional libre de los elementos externos que, desde la conquista, la desfiguraban y la desnaturalizaban. En la historia mexicana de la abstracción, existen muchas mujeres que han hecho importantes experimentaciones en temas, materiales y soportes artísticos en las que abandonaron la representación histórica e idealizada de las realidades del país.
A continuación, enlistaremos algunas de las más destacadas, sobresalientes e innovadoras del arte contemporáneo abstracto:
Helen Escobedo
Helen Escobedo nació en 1934, en la capital de México. A los 15 años, entró en contacto con el arte, empezó a desarrollar su propia intuición plástica, conoció las propiedades artísticas de los materiales y técnicas de modelado. Luego estudió en la Royal College of Art en Londres, donde adquirió conocimientos técnicos más avanzados y estímulos intelectuales, y donde además se relacionó con grandes artistas de su tiempo.
Sus preocupaciones ecológicas, sociales y geométricas se expresaron especialmente en su trabajo escultórico-arquitectónico y en sus instalaciones, aunque también cultivó el dibujo y la pintura a lo largo de su carrera. Participó en la creación de una de las obras más acabadas y conocidas de la abstracción mexicana: el Espacio Escultórico de la UNAM, que en 1979 realizó un equipo artístico formado en su mayoría por miembros de la Generación de la Ruptura.
Ubicada en lado sur de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, la obra de arte principal del Espacio Escultórico se trata de un cráter artificial en forma de corona que rememora y distingue el cimiento volcánico a sus pies. A ella la acompañan obras escultóricas de gran formato creadas por los artistas involucrados en el proyecto. El aporte de Helen Escobedo, Coatl, es una descomposición geométrica del desplazamiento reptante y tortuoso de una serpiente.
Lilia Carrillo
El arte abstracto de Lilia Carrillo tuvo un claro sendero introspectivo, subjetivo e intimista. Lilia Carrillo no es una artista de los grandes formatos, la intervención del espacio público y la conquista de la exterioridad: su obra es una creación sumamente moderna y un claro ejemplo de la abstracción lírica, en la medida en la que se preocupa por explorar las posibilidades del yo y la reconquista de las brumas interiores.
Lilia Carrillo nació en la Ciudad de México en 1930, y allí también falleció muy joven. Estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, y en 1956 obtuvo una beca para estudiar en París, donde recibió la influencia del fauvismo y el cubismo. Cuando regresó a México, concluyó su tránsito hacia el abstraccionismo.
En los últimos 3 años, los coleccionistas han mostrado un interés cada vez mayor en la compra de obras de arte de Lilia, pero su temprana muerte, hizo que su producción fuera muy limitada, lo que hoy se traduce en una oferta escasa.
Myra Landau
Esta artista autodidacta nació en Rumania, en 1926. Tras un largo viaje por toda Europa y Estados Unidos, se estableció en Brasil. Luego se mudó a México, en la época en la que se establecía el arte abstracto en el país. Desde mediados entre los años sesenta y setenta, su obra se basó en el uso de rectángulos concéntricos dibujados a mano alzada sobre lino (lo que delata su predilección por la abstracción expresiva, por encima de la formalista), trazados con colores planos.
En esta pinturas, titulada Ritmo en T, 1971, Myra construyó laberinticos tejidos plásticos dotados de una fuerza armónica visual muy arrebatadora, cuyo poder se encuentra en las maniáticas repeticiones de trazas de color y líneas que se desatan alrededor de ejes azarosos, en los que el meticuloso contraste cromático dota de vitalidad a la obra de arte.
Marta Palau
Nació en España, pero desde pequeña llegó a México con sus padres cuando huían del franquismo. Estudió en La Esmeralda del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y formó parte del Salón Independiente, como Lilia Carrillo y Helen Escobedo. También comparte con esta última, en su generalidad más abierta, las mismas preocupaciones espaciales y el esfuerzo por crear obras que inviten a la transgresión de la contemplación inerte. Pero, si la posibilidad de esta transgresión surge de las obras de ambas, la obra no bidimensional de Marta Palau no es la del volumen arquitectónico-monumental, sino la de las magnitudes táctiles.
Cascada es la instalación más representativa de estas inquietudes: la compone un velo de tubos traslúcidos de nylon en los que se alojan pequeños nódulos afelpados, parecidos a un caudal de espermatozoides.
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D.R.,© Marian Villafañe. Artistas abstractas en Latinoamérica y 4 mexicanas destacadas, Agosto, 2022